LA GUARDIANA DE LA SELVA

Alexandra Narváez, de nacionalidad A’i Cofán, lideresa en la comunidad de Sinangoe, febrero de 2022. Fotografía de Michelle Gachet

Escribe: Michelle Gachet.

Este año, la lideresa A'i Cofán Alexandra Narváez ganó junto con Alex Lucitante el premio medioambiental Goldman Prize por la defensa del territorio frente a la minería. La lucha de estos jóvenes líderes hizo posible la victoria histórica del pueblo A’i Cofán de Sinangoe ante la Corte Constitucional, en donde se garantiza el derecho a la consulta previa, libre e informada de los pueblos indígenas de la Amazonía ecuatoriana frente a intereses extractivistas.


La rama que Alexandra me había conseguido para apoyarme mientras caminaba, se rompió. Ella se deslizaba sobre las piedras sin ningún esfuerzo, y yo calculaba cada uno de mis pasos. Podría culpar de mi lentitud a las botas de agua que me quedaban demasiado grandes, pero lo cierto es que Alexandra pudo haber hecho la misma caminata que yo hice, de ida y vuelta, tres veces. Estaba oscureciendo y nos esperaban más adelante. No podíamos parar.

«¿Qué les está tomando tanto tiempo?», preguntó alguien más de nuestro grupo que ya había llegado al lugar donde se llevaría a cabo una ceremonia de yagé. 

Yo nos estaba tomando tanto tiempo. 

Con Alexandra Narváez tenemos un año de diferencia. Ella tiene 32. Mientras la veía caminar me imaginaba las condiciones en las que se encontró cuando atravesó el monte hace cinco años y pensó: «¿Será culebra? Que me pique de una vez porque ya no quiero vivir». 

Cuando me contó esta historia, riéndose, nos encontrábamos dentro de la comunidad de Sinangoe, territorio A’i Cofán, en la provincia de Sucumbíos. Yo fui contratada para fotografiarla a ella y a Alex Lucitante, ganadores del premio medioambiental Goldman Prize, en la región de América del Sur y Centroamérica. La lucha de ambos resultó en la protección de miles de hectáreas de selva tropical diversa dentro del Parque Nacional Cayambe-Coca. Han resistido contra la destrucción del bosque y la contaminación del río Aguarico, debido a la minería. 

(De izq. a der.) Nixon Andy, Coordinador de la Guardia Indígena, Alexandra Narváez, lideresa, Victor Quenamá, Presidente de la comunidad A’i Cofán de Sinangoe y Wider Guaramag, Secretario de la comunidad de Sinangoe, se dirigen a la prensa y a otros líderes indígenas sobre la reciente victoria ante la Corte Constitucional. Sinangoe, febrero de 2022. Fotografía de Michelle Gachet

La guardia indígena de dicha zona se formó en el 2017, cuando Alexandra escapó de ser picada por una culebra venenosa. La comunidad, compuesta de 50 familias, vio la necesidad de vigilar el territorio contra la minería ilegal y pidió voluntarios en una asamblea. Alexandra alzó la mano entre otros 10 hombres. Le dijeron: «pero, Alexandra, si tú eres mujer. ¡Van a ir a caminar al monte!». Alguien más le dijo que las mujeres deben estar «cuidando a los hijos y cocinando para el marido», que era una «mala madre». Pero no le importó y pensó: «yo tengo que ser una mujer distinta, la oveja negra». Y se lanzó a ser guardia. 

La primera salida fue corta, pero la siguiente duró cinco días. Guiados por los mayores, caminaban cargando sus provisiones desde el amanecer hasta el anochecer. Almorzaban avena con agua y azúcar, galletas de «animalitos» o máchica. Vivieron situaciones intensas, como cuando cruzaron el río todos cogidos de las manos, metidos el cuerpo entero, y Alexandra apenas tocaba el fondo, o como cuando hicieron una escalera con palos para subir una pendiente. En un punto se perdieron y estaban incomunicados. A Alexandra se le iban las lágrimas y sentía que sus piernas ya no daban más. Por eso, cuando su sobrino vio la culebra cerca de ella, le dijo que corriera, pero ella no lo hizo. Parecía que nunca iba a salir de ahí. Entonces, vio a su hermano que había salido a darles el encuentro. Alexandra se puso a llorar y se abrazaron todos. «Eso me dio más fuerza… orgullo», cuenta desde su cocina, mientras les dice a sus dos hijas que ya se pongan a hacer sus deberes.  

En poco tiempo encontraron campamentos mineros y maquinaria pesada que estaba contaminando el río Aguarico. Junto con un equipo de asesores y abogados, detectaron que se habían otorgado 20 concesiones mineras y otras 32 estaban en proceso. Así empezó una demanda legal contra el Estado por otorgar las concesiones sin su consentimiento. En 2018 ganaron a nivel provincial y en 2022 la comunidad tuvo una victoria histórica cuando la Corte Constitucional falló a su favor, garantizando el derecho a la consulta previa, libre e informada de los pueblos indígenas de la Amazonía frente a intereses extractivistas.

Ahora, sus hijas de 13 y 15 años, y otras mujeres de la comunidad, también quieren ser guardianas de la selva. Alexandra espera que más mujeres se unan a defender su territorio ancestral. «No solo debemos estar en la casa, sino también caminando, llenándonos de esa espiritualidad del entorno, enriqueciéndonos de cada pedazo de nuestro territorio, conociéndolo». El próximo proyecto de Alexandra es convertirse en una abogada Cofán. En febrero ingresará a estudiar derecho. «No fui una mujer de pedir permiso… Así quiero ser yo, así me siento libre», dice, mientras afuera se intensifican los sonidos de la selva. 

La guardia indígena de Sinangoe recorre su territorio periódicamente para monitorear y frenar cualquier actividad ilegal. En la foto, sector Las Pizarras, lugar cercano en donde la Guardia Indígena vio maquinaria pesada por primera vez en 2017. Febrero de 2022. Fotografía de Michelle Gachet


Michelle Gachet es fotógrafa y realizadora audiovisual ecuatoriana. Utiliza un enfoque artístico para contar historias en su trabajo personal, enfocados en temas relacionados con los derechos LGBTIQ, la exploración de la identidad colectiva e individual, y la vida cotidiana.