A TU FINURA

Fotograma del documental La playa de los Enchaquirados, de Iván Mora Manzano, 2021.

Escribe: Óscar Molina V.

Apuntes a partir de La Playa de los Enchaquirados, el cuarto largometraje del cineasta ecuatoriano Iván Mora Manzano, que se presenta en esta edición de EQUIS y que ha recibido varios reconocimientos internacionales. Su mirada sensible sobre las diversidades sexuales y de género en la comuna rural de Engabao, sobre todo de Vicky, la protagonista de este documental, nos invita a reflexionar sobre las insistencias de los cuerpos plurales, hermosos.

Vicky:

Quisiera llamarte querida –con el mismo maraqueo coqueto con que Juan Ga inmortalizó ese atributo–, pero siento que, en mí, quizá, no sonaría tan encantador. Tampoco te lo digo porque esta, en realidad, no es una carta. Ni siquiera una reseña (sería insensato hablar de ti únicamente desde ese palco formalito). 

Esto, tal vez, es apenas un puñado de coplas, de intuiciones, de sentires. Es el vórtice chantilly de frases que pensé y anoté a medida que me asomaba a tu vida en la playa, en altamar, entre cervezas. Navegué dos veces por ahí, Vicky: por el placer de hacerlo y para confirmar que no fueran solo primeras impresiones ni halagos fugaces.

Y ahora que sé que no seré el único en notarlo, me atrevo a nombrar lo que se (te) nota a millas (que no a leguas).

Qué coquetería la tuya de llevar, de entrada, unas botas verde menta –entre tanto caucho oscuro– en combinación natural con los tallos cabizbajos de tu malherida blusa floreada.

Qué dotado el caracol de tu escucha para interpretar el ronquido ignoto del mar –de la mar–, como quien se concentra en la latencia fértil de un cuerpo gestante, profuso. 

Qué grácil tu vestir de esa boina de lunares Minnie Mouse entre los hombres de gorras descascaradas y miradas secas, sin el rímel cleopatro de tu pestañeo moreno.

Qué primor el tuyo para colgar ese collar de lágrimas–collar de lluvia–collar de hielo en tu cuello recio, altivo, que sube hasta la caída crespa de tu extensiones.

Qué faraónica tu forma de recostarte sobre el sillón de tu sala para ver los quebrantos desorbitados de Lupita Ferrer y olvidarte, por un momento, de tus propios maremotos.

Qué pasillero tu dramatic «cora» cuando te hace decir que sueñas con protagonizar una novela con la bellamente sufrida Ferrer.

Qué genuina y chispeante tu soltura al decir que no tienes culo y que, a las que sí lo tienen, se les ve bonito cuando salsean. 

Qué divino, qué bendito tu gesto de santiguar primero a Dios, antes que a ti misma, cuando sales a enfrentar la perra vida.

Qué arácnida tu habilidad para desenredar la red con la que harás el milagro de la pesca, de la multiplicación de los peces, de la liberación de los hombres.

Qué porte el tuyo para hacer que ese anaranjado mandil pesquero parezca un largo vestido chic, para pasarelear en el vaivén trémulo de la altamar.

Qué dulce la inclinación de tu cabeza niña para dejarte peinar por la peluquera a la que otros habían acusado de ladrona, de deshonesta.

Qué desprendido tu amor amarejado, que supo decirle al hombre que amabas que mejor se quedara con su mujer, que si ella también lo amaba, para él, eso sería lo mejor (quizá fue una ofrenda harakiri que ni la misma Lupita habría sabido hacer).

Qué sabia y destajada tu conciencia para decir prácticamente lo mismo que dijo la escritora estadounidense Joan Didion en el mero inicio de su libro El año del pensamiento mágico: «En unos minutos el destino cambia la vida de uno», dices tú, pero se lo hemos creído más a la Didion porque #gringa, porque #white.

Qué finura la tuya de perlar tus boinas, tus blusas, tus noches, para relumbrar en algo la opacidad de la monotonía macha.

Qué porte el tuyo para caminar por la playa rompiendo el velo salitre del territorio Engabao, primero de negro Lady Di y de medio lado, y luego de frente a la cámara, hacia nosotros, con ese espontáneo donaire cacique, enchaquirado.

¡Qué dueña de ti, Vicky!

¡Qué envidiablemente dueña de ti! 

Fotograma del documental La playa de los Enchaquirados, de Iván Mora Manzano, 2021.


Óscar Molina V. es periodista. Su trabajo se ha publicado en medios como Gatopardo, Telemundo, Univision, El Espectador, The Clinic Online, Relatto, entre otros. Ha escrito sobre cine para las publicaciones de los festivales Latino e Iberoamericano de la Universidad de Yale, EDOC, FLACQ y La Orquídea, y en la revista Babieca. En 2019 fue parte de la muestra Archivxs LGBTIQ+, en el Centro de Arte Contemporáneo de Quito con la obra «Contengo multitudes».